ARA SAN JUAN: «TODOS ERAN MIS HIJOS»

Con sumo respeto por mis compañeros de ruta en esta nación que tantas veces ha sufrido heridas hondas; con la modesta alusión en el título a una obra de Arthur Miller, espero entiendan mi esperanzada y dolorida, contradictoria expresión en este ensayo de poema:

ARA SAN JUAN (con modesto y silencioso respeto)

Vos no los conocías ni ellos a vos pero hubieran dado la vida por todos

( Frase recogida en Facebook)

 

El océano, la inmensidad…

Líquido uterino: contención de madre, origen;

Profundidad, misterio, angustia y tumba.

Ahora no; mañana, mañana.

Cuarenta y cuatro esperan

La macabra esperanzada “piedra libre”

De un juego en el que va más que ganarlo,

De un juego que es el de la vida y la muerte,

Como en una corrida de toros

En la que el animal rodea y acecha

Al tiempo que seduce como una sirena encantadora

Que simula protegernos.

Pero afuera otros libran sus propias batallas:

Contra el tiempo, la incertidumbre, el dolor, lo oculto…

Por la esperanza, la verdad, la justicia, el consuelo.

Por la esperanza, por la esperanza como un rezo

Y que parece conjurar las voces

Interesadas, desinteresadas, cristalinas, oscuras

De naciones muy diversas y de cofradías confusas.

Abajo, adentro fluye y transcurre el tiempo

Con la naturalidad de todos los seres en todos los tiempos:

La cotidianeidad de la vida… y de la muerte.

Desde abajo, desde adentro de nuestro mar interior

Emergen voces que los llaman, los reclaman, los invocan

Allí donde dormitan esperando esperanzados

Alimentando nuestra espera de un regreso

Que no nos haga necesario evocarlos.

Actividades de lectura/escritura en el ámbito del taller de un centro cultural

Comparto con ustedes una entrada que publiqué en Lapizázulix, la galaxia del cuento. Espero que la visiten y dejen sus opiniones.

Como saben varios de ustedes, tengo más de un blog. Para ustedes y para quienes sólo conozcan este, comparto esta publicación para que se multipliquen las lecturas y, mejor aun, las sugerencias/opiniones. Los esperamos.

2000: Gao Xingjian, literatura como revelación y rebelión

Premios Nobel 1991-2000 (para información acerca de Gao Xingjian)

Si el escritor estaba buscando ganar libertad intelectual la opción era guardar silencio o huir. Sin embargo, el escritor depende del lenguaje, y para él no expresarse por un período prolongado es idéntico al suicidio. Para evitar el suicidio o ser silenciado, y más adelante expresar su propio criterio, no tenía otra alternativa que el exilio.

La cita precedente hace referencia, en el discurso de Xingjian, a la situación de la literatura china en la época de la Revolución (como un ejemplo de lo que la intromisión de la política puede producir en la cultura). Sin embargo, en la disertación completa, la importancia de la voz, del lenguaje, como algo esencial para revelar un viaje de la mente que da cuenta de la afirmación del ser humano y su posibilidad de trascendencia es una constante.

El lenguaje es la cristalización suprema de la civilización humana; es intrincado, incisivo y difícil de asir, y sin embargo es expansivo, penetra la percepción humana y une al hombre, sujeto de la percepción con su propia comprensión del mundo. La palabra escrita también es mágica porque permite la comunicación entre individuos distantes, incluso si son de razas o tiempos diferentes. Es también de esta forma como el presente compartido en la escritura y lectura de la literatura se conecta con sus eternos valores espirituales.

Según este autor, el escritor no es ni Dios ni profeta. Le cabe más bien la función de ser un testigo, no un portavoz, en relación con su época. Es su voz individual la que permite que su autorrealización lo conduzca a la universalidad, la multiculturalidad. La literatura es «el hombre centrando su mirada en sí mismo»: ello asegura, de acuerdo con las observaciones de Xingjian, que esta arte posea más la misión de DESCUBRIR, REVELAR, que de subvertir.

Subvertir no es el objetivo de la literatura; su valor descansa en descubrir y revelar lo que es raramente conocido, poco conocido, o lo que se supone conocido pero de hecho no lo es, sobre la verdad del mundo humano. Podría parecernos que la verdad es la cualidad básica invulnerable de la literatura.

Asimismo, señala que LITERATURA y VERDAD están imbricadas de un modo especial dada la presencia de la FICCIÓN (que de todos modos da cuenta de un «retrato» verdadero de la vida humana).

(…) la imaginación es parte importante de la literatura; pero esta especie de viaje de la mente no significa sólo inventar una serie de tonterías. La imaginación que está ajena a los sentimientos verdaderos, y la creación que está ajena a las experiencias de la vida, resultan insípidas y débiles. Y la obra que no logra convencer al mismo autor no será capaz de emocionar al lector. Sin dudas, la literatura no sólo depende de las experiencias de la vida común y tampoco el escritor está limitado a describir sus experiencias personales. Este puede incluso utilizar las cosas que ha oído, visto y leído en obras literarias anteriores, y transformarlas en sus propios sentimientos. Esta es también la magia del lenguaje de la literatura.

Definitivamente ni el MERCADO ni la POLÍTICA son valiosos para la literatura en tanto la condicionan y no permiten que se aprecie que la función de la ESCRITURA no se vincula con lo UTILITARIO o el manejo del PODER. Si el escritor tiene un desafío es el de la transformación de la sociedad sólo como aspiración de trascendencia. Y el único modo en que un autor puede ser fiel a este principio es dejando que su VOZ INDIVIDUAL lo exprese puesto que de esta forma alcanzará una dimensión general (no abstracta) y vinculada con la perduración en el tiempo.

Si el escritor desea desafiar la sociedad debe ser a través de la lengua y debe apoyarse en los personajes y los acontecimientos de sus obras. De otra manera, sólo conseguirá dañar la literatura.

La literatura no es un grito iracundo y tampoco puede convertir la indignación de un individuo en acusaciones. Solamente cuando los sentimientos del escritor como individuo se reflejan en su obra, éstos resisten el paso del tiempo y sobreviven por un largo período (…) En verdad, ese desafío no puede transformar la sociedad; es solamente la aspiración individual de trascender las limitaciones del entramado social y de asumir una postura encubierta (…) Honorables miembros de la Academia, les doy las gracias por otorgar este Premio Nobel a la literatura; a la literatura que se mantiene firme en su independencia, que no escapa del sufrimiento humano, ni de la opresión política, y que además no sirve a la política.

2022: Annie Ernaux, escribir lo personal/universal

Discurso de Annie Ernaux 2022

El tono de las palabras de Annie Ernaux en su discurso parecen evidenciar su interés por expresar su propia experiencia, sus sentimientos, su vivencia individual de un hecho como el que la está atravesando. Y ciertamente es así, pero ello no abarca todo el significado de su expresión en primera persona.

el deseo de utilizar el «yo» -una forma que es a la vez masculina y femenina- como herramienta de exploración que capta las sensaciones, las que la memoria ha ocultado, las que el mundo que nos rodea no cesa de ofrecernos, en todas partes y todo el tiempo

En realidad, al llegar a la última parte de su disertación, descubrimos que para esta escritora la exploración en el yo, el buceo en sentimientos, sensaciones, situaciones personales es el único camino válido para que la expresión se vuelva universal, transpersonal.

Pero como todas las cosas se viven inexorablemente de modo individual –“me está pasando a mí”–, sólo pueden leerse del mismo modo si el «yo» del libro se vuelve, en cierto modo, transparente, y el del lector o lectora pasa a ocuparlo. Que este Yo sea, en definitiva, transpersonal, que lo singular alcance lo universal.

En el inicio de su alocución, Ernaux hace referencia a su infancia, la relación con la literatura y una promesa que se planteó en los inicios de su trayectoria: escribir para vengar a su raza. Señala además que, ante la situación de disertar frente a los presentes, le sucede lo mismo que cada vez que aborda la escritura: una necesidad de encontrar la frase, la llave que le otorgue la libertad interior que le permita hablar sin ataduras.

Hoy, para afrontar una situación que, tras el estupor del acontecimiento –»¿de verdad me está pasando esto a mí?– mi imaginación me presenta con un miedo creciente, es la misma necesidad la que me abruma. Encontrar la frase que me dé la libertad y la firmeza para hablar sin temblar…

Sin embargo, durante un tiempo lo anterior quedó postergado. Si bien estudiar literatura fue la forma de permanecer en ella, la escritura transfiguradora de la realidad quedó al margen a partir de la asunción del rol de mujer de la época. Tiempo después, imprevistamente, ciertas circunstancias le devolverían la posibilidad de transitar el proyecto postergado. Más aún: debido a situaciones de la época, su propósito se amplió a vengar su raza y su sexo.

Así como antes había mencionado la necesidad de encontrar una frase, una llave, en el momento en el que asume su nuevo rol de mujer escritora necesita solucionar un dilema: el que se plantea entre la expresión en la lengua de origen y la adquirida, así como la necesidad de romper con la «buena escritura» puesto que lo requiere la representación del desgarramiento social y los eventos que la atraviesan.

Ninguna elección de escritura es evidente. Pero los que, como inmigrantes, ya no hablan la lengua de sus padres, y los que, como tránsfugas de su clase social, ya no tienen el mismo idioma, piensan en sí mismos y se expresan con otras palabras, se enfrentan a obstáculos adicionales. Un dilema. Sienten la dificultad, incluso la imposibilidad, de escribir en la lengua adquirida (…) Por un lado, está el lenguaje en el que han aprendido a nombrar las cosas, con su brutalidad, con sus silencios, como el del encuentro cara a cara entre una madre y un hijo, por ejemplo, en el bellísimo texto de Albert Camus «Entre el sí y el no». Por otra parte, los modelos de las obras admiradas, interiorizadas, las que les abrieron el universo primero y a las que se sienten deudores por su elevación, que a menudo consideran incluso como su verdadera patria (…) Espontáneamente, fue el choque de un lenguaje portador de cólera y de burla, incluso de grosería, lo que me vino, un lenguaje de exceso, insurgente, a menudo utilizado por los humillados y los ofendidos, como única manera de responder al recuerdo del desprecio, de la vergüenza y de la vergüenza de la vergüenza.

Según Ernaux es importante entender que la escritura tiene una dimensión política, así como la tiene también su rol de mujer; esta dimensión, sin embargo, es diferente de la que se plantea entre la política y los acontecimientos históricos. Agrega que también por ello es importante manifestar que el Premio Nobel no representa para ella una victoria individual sino una reivindicación colectiva, aun cuando no esté segura de si la promesa que alguna vez se hiciera esté cumplida.

Escribiendo en un país democrático, sigo preguntándome, sin embargo, por el lugar que ocupan las mujeres, también en el ámbito literario (…) El reconocimiento de mi obra por la Academia Sueca es una señal de justicia y esperanza para todas las escritoras.

(…) Descifrar el mundo real despojándolo de las visiones y valores que porta el lenguaje, cualquier lenguaje, es perturbar el orden instituido, trastocar las jerarquías. Pero no confundo esta acción política de la escritura literaria, sujeta a su recepción por el lector, con las posiciones que me siento obligada a tomar en relación con los acontecimientos, los conflictos y las ideas. (…) Sustentada en la exclusión de extranjeros e inmigrantes, el abandono de los económicamente débiles y la vigilancia del cuerpo de las mujeres, me exige, a mí y a todos aquellos para quienes el valor de un ser humano es el mismo, siempre y en todas partes, un deber de vigilancia.

2023: Premio Nobel al escritor noruego Jon Fosse

«por sus innovadoras obras de teatro y prosa, que dan voz a lo indecible»

Había olvidado en qué época del año estamos. Revisaba que tengo pendiente un artículo acerca del discurso del Premio Nobel 2022 cuando me llegó la noticia de la premiación de este año. Luego de esta entrada con el único objetivo de informar acerca de las actualizaciones, me voy a ocupar de editar la página de los Premios Nobel con la reseña correspondiente a Jon Fosse y también a escribir el posteo en relación con el discurso de Annie Ernaux, que ya tengo en mis manos.

1956: Juan Ramón Jiménez, «poeta de poetas»

Premios Nobel 1951-1960 En este espacio, los datos acerca de Juan Ramón Jiménez y algunos de sus textos (el enlace corresponde a una sección en este mismo sitio). Consta también lo que la Academia señaló como argumento para otorgar la premiación.

«por su poesía lírica, que en idioma español constituye un ejemplo de elevado espíritu y pureza artística».

Cuando se buscan datos acerca de aquel año en relación con el Premio y el discurso de aceptación del Nobel lo que se halla son las palabras de reconocimiento de Hjalmar Gullberg (poeta, dramaturgo y traductor) hacia el escritor así como el discurso que el poeta (enfermo y residiendo en Puerto Rico) dispuso que fuese leído por Jaime Benítez (Rector de la Universidad de Puerto Rico).

En cuanto a la disertación de Hjalmar Gullberg destacan varias cuestiones:

  • Honrar a Juan Ramón Jiménez es homenajear a través de él a toda la literatura española.

Para una generación de poetas en ambos lados del océano que separa, y al mismo tiempo, une los países hispánicos, él ha sido un maestro, el maestro, para todos los efectos. Cuando la Academia Sueca le rinde homenaje a Juan Ramón Jiménez, el rinde homenaje también a toda una época de la gloriosa literatura española».

  • La obra del escritor está vinculada con otras artes (algo propio de la generación en la que se formó), pero en especial con la música y la pintura. En relación con esta última, destaca que la poesía del autor atraviesa diferentes períodos: el primero, vinculado con el verde; el segundo, con el blanco; el tercero, desde 1936, desde su exilio y en forma coetánea con su exilio.

De la misma forma que hablamos de los periodos azul y rosa de Picasso, que nació en el mismo año, los historiadores de la literatura han llamado la atención al predominio de diferentes colores en la obra de Juan Ramón Jiménez. Al primer periodo pertenecen todos los poemas en amarillo y verde—el famoso poema verde de García Lorca tiene su origen aquí. Más tarde, predomina el blanco, y la desnudez del blanco caracteriza la época brillante, decisiva, que incluye lo que se ha dado en llamar el segundo estilo poético de Juan Ramón. (…) Un ascetismo formal llevado a la perfección, que rechaza todo adorno exterior del verso, será el camino que lleve a la simplicidad que es la forma suprema del arte, la poesía que el poeta llama desnuda.

  • Lo que se encuentra en la poesía de J. R. Jiménez no está a plena luz sino que se descubre en la intimidad, en una sensibilidad que atraviesa lo cotidiano con profundidad.

Cuando, poco a poco pero con paso firme, se había librado de los gentiles, cautivadores brazos del simbolismo francés, los rasgos característicos de música e intimidad habrían de quedarse por siempre impresos en él.

Por lo que corresponde a Jaime Benítez, más allá de leer las breves palabras de agradecimiento a la Academia y reconocimiento a la inspiración que ha sido Zenobia (su esposa) que Jiménez había entregado para la ocasión del banquete, destina momentos en particular para rescatar aspectos del poeta:

  • Lo señala como «poeta de poetas»

«Juan Ramón ha sido llamado poeta de los poetas, pero el laico puede acercarse a él si quiere primero pasar de la pura belleza visual de su paisaje, de la encantadora Andalucía, de sus pájaros, de sus flores , Granadas y naranjas. Una vez dentro de su mundo, al leer y releer tranquilamente, uno despierta gradualmente a una nueva «visión viva» en él, refrescado por la profundidad y la riqueza de una rara imaginación poética…»

  • Resalta el valor que en su escritura adquiere la PALABRA.

...nuevas etapas hacia la ansiada identificación del “yo” con el mundo; poesía y pensamiento tiene el propósito de encontrar “el nombre exacto de las cosas”. Gradualmente, los poemas se tornan más concisos, desnudos, transparentes; son, de hecho, máximas y aforismos de la poética mística de Juan Ramón.

  • Por último, destaca que es importante que un premio como el Nobel muestre hasta qué punto disciplinas como la CIENCIA y la LITERATURA abordan en forma diversa pero equivalente la CREACIÓN.

Los premios literarios pueden implicar decisiones más difíciles que las científicas. Sin embargo, deberíamos estar agradecidos al fundador por haber incluido un premio literario en su testamento. Añade dignidad a los otros premios y al acto mismo; Destaca el elemento humano y cultural que tienen en común los dos mundos de la imaginación creadora; Y tal vez, al final, exprese ideas más profundas de lo que los científicos pueden lograr.

1977: Vicente Aleixandre, tradición y revolución

En este enlace acceden a la página de los Nobel entre 1970 y 1980 en este mismo sitio. Allí, además de datos del autor y alguno de sus textos, encontrarán la motivación de la Academia para otorgarle el galardón:

«por una creativa escritura poética que ilumina la condición del hombre en el cosmos y en la sociedad actual, al mismo tiempo que representa la gran renovación de las tradiciones de la poesía española entre guerras».

En el discurso de aceptación Vicente Aleixandre habla acerca de la renovación, pero también se ocupa de la tradición, la comunicación y lo elemental humano en la voz del poeta.

En primer lugar se ocupa de señalar que entre escritor y lector la comunicación se plantea de modo tal que el primero se plantea una serie de preguntas que interpelan al lector que les da una respuesta. De ese modo, según su concepción la llegada del Nobel para un poeta adquiere un significado en particular:

… el Premio Nobel es como la respuesta, no sucesiva, no callada, sino agrupada y coincidente, súbita, de una voz general que generosamente y milagrosamente se hace única y responde a la interrogación sin tregua que ha venido dirigiendo a los hombres.

En segundo término explica que no existe posibilidad de revolución sin que antes no esté presente un reconocimiento de la voz de la tradición. No sólo alude a la generación anterior a la suya (la del ’98: Machado, Unamuno, Jiménez) y a sus coetáneos (la del ’27: García Lorca, Salinas, Alberti, Guillén) sino que también se refiere a los clásicos españoles (el Siglo de Oro, por ejemplo). Es apoyándose en ellos, según expresa, que pueden establecerse rupturas que indiquen una nueva búsqueda o camino que el poeta intentará transmitir a las siguientes generaciones:

Y si fuimos revolucionarios, si lo pudimos ser, fue porque antes habíamos amado y absorbido incluso aquellos valores contra los que ahora íbamos a reaccionar. Nos apoyábamos fuertemente en ellos para poder así tomar impulso y lanzarnos hacia adelante en brinco temeroso al asalto de nuestro destino.

Por último, considera que existen diversas clases de poetas y se ocupa de indicar en cuál se considera involucrado. Según su posición, algunos entienden que la poesía es para alguna minoría (no establece en ello un juicio de valor) vinculada con ciertos temas y estéticas; otros, en cambio, entre los cuales se cuenta, buscan no la diferencia sino lo que une y apelan a lo permanente del hombre.

Entre ellos me cuento. Por eso, el poeta que yo soy tiene, como digo vocación comunicativa. Quisiera hacerse oir desde cada pecho humano, puesto que, de alguna manera, su voz es la voz de la colectividad, a la que el poeta presta, por un instante, su boca arrebatada. De ahí la necesidad de ser entendido en otras lenguas, distintas a la suya de origen. La poesía sólo en parte puede ser traducida. Pero desde esa zona de auténtico traslado, el poeta hace la experiencia, realmente extraordinaria, de hablar de otro modo a otros hombres y de ser comprendido por ellos.

Falta mencionar la dimensión reveladora, profética que Aleixandre le atribuye a lo poético. Pero es necesario indicar que se trata de un vaticinio sin tiempo y que, por otra parte, la sabiduría que expresa un poeta no le pertenece: proviene de su raza, de su tradición.

El poeta, el decisivo poeta, es siempre un revelador; es, esencialmente, vate, profeta. Pero su «vaticinio» no es, claro está, vaticinio de futuro: porque puede serlo de pretérito: es profecía sin tiempo (…) El poeta está lleno de «sabiduría», pero no puede envanecerse, porque quizá no es suya: una fuerza incognoscible, un espíritu habla por su boca: el de su raza, el de su peculiar tradición.

Para los que encuentran algo en mis escritos

Tiempo atrás abrí en el blog un espacio, Botella al mar, en donde comparto con ustedes mis producciones poéticas. Agradezco, de paso, los incentivos que he recibido de todos para continuar escribiendo.

Hoy quiero avisarles que debajo de Botella al mar hay una subpágina donde he volcado la única obra de teatro que por ahora tengo escrita. La entretejí hace años, pero sólo ahora me he animado a colocarla en el blog: no les digo nada acerca de su temática para que vayan libres de cualquier idea y puedan luego tener (y compartir conmigo si es posible) una opinión acerca de esta producción.

1923: William Yeats y el «espíritu de una pasión»

Artículo de Pablo Brescia en relación con Yeats y su discurso por el Nobel
En esta página de Otras miradas encontrarán una síntesis de los datos de William Butler Yeats en 1923, año en el que recibió el Premio Nobel.

«por su poesía siempre inspirada, la cual brinda expresión al espíritu de una nación entera de una forma altamente artística»

Citado en la página mencionada anteriormente

La cita anterior corresponde a un fragmento de los argumentos de la Academia en relación con el motivo por el cual resultaba merecedor de su galardón. Debo agregar, además, que cuando Yeats pronunció su discurso señaló que lo hacía como estandarte del nacionalismo irlandés y de la independencia cultural irlandesa.

Incluí un link al artículo de Brescia en el que encontré unos pocos datos (ya que no pude hasta ahora acceder al texto del discurso) para que puedan leerlo y tomar sus decisiones acerca de algunas afirmaciones. En principio, cito un segmento que extraigo de dicho artículo

«En el campo, uno está solo con su propia violencia, con su propia pesadez y con la tragedia de la vida, y si tiene alguna capacidad artística desea una emoción bella aunque no sea fantástica su expresión, ya que las estaciones serán siempre las mismas. En la ciudad, donde todos los seres humanos se acumulan, uno no se odia a sí mismo: odia al otro. Y así, si no quiere amargarse la vida y amargar la de su vecino, si trata de evitar asesinar a alguien en nombre de una frenética revolución, alguien debe enseñar lo que es la realidad y lo que es la justicia”

Citado en el artículo de Pablo Brescia (fragmento del discurso de Yeats)

En segundo lugar señalo algo que me parece se presta a confusión en el artículo de Brescia: «Curiosamente, el poeta y dramaturgo irlandés es premiado mayormente por su producción teatral y no por lo que sería reconocido en el canon de la literatura anglosajona: su poesía lírica». A menos que haya problemas en la traducción (si es que Brescia escribió este texto en inglés, dado que vive en Estados Unidos, hecho que no puedo corroborar en el enlace que encontré), me extraña lo que acabo de citar puesto que, según lo que hallé y está citado en mi página de Otras miradas (extraído de una fuente ya señalada en la sección de Premios Nobel de mi blog), el galardón lo obtiene por su obra lírica.

Lo más valioso en esta entrada está en las palabras de William Butler Yeats citadas más arriba, procedentes del artículo consultado y que dan cuenta del contraste CAMPO/CIUDAD en relación con el comportamiento humano y la posición del escritor en relación con ello.

1975-Eugenio Montale y el destino de la poesía

¿Es todavía posible la poesía? Este es el título que Montale le coloca al discurso de recepción y agradecimiento por el Premio Nobel. El planteo está relacionado con la época en la que se transita por una cultura de masas que para muchos prevé la desaparición no sólo de la poesía y el arte en general sino también de otras cuestiones de la «cultura clásica».

Los medios masivos de comunicación, la radio y sobre todo la televisión, han intentado no sin éxito aniquilar toda posibilidad de soledad y de reflexión. El tiempo se vuelve más veloz, obras de hace pocos años parecen «anticuadas» y la necesidad que tiene el artista de hacerse oír antes o después se vuelve necesidad espasmódica de lo actual, de lo inmediato.

Cuando se pregunta acerca de cuál será la suerte que corra la poesía, cuál su lugar, concluye que en el contexto actual en el que las palabras «estallan» y no parece necesaria una «interpretación», hay DOS modelos poéticos que cohabitan: la poesía inmediata, de consumo; frente a ella, otra que dura y permanece en el «sueño» (parece darle a esta expresión un signo de tranquilidad, pausa como la que es propia del arte que se gesta en la reflexión).

De todos modos, la poesía no vive sólo en los libros o en las antologías escolásticas. El poeta ignora y a menudo ignorará siempre su verdadero destinatario.

En la esencia de la POESÍA rescata su original vinculación con la música y, tiempo después, con otras artes (en particular la pintura). Este aspecto, uno de los principales, corre riesgos (según lo expone) de pérdida de identidad; si algo asegura que este peligro pueda «combatirse» es el hecho de que frente a la CULTURA DE MASAS sobrevive y crece también una CULTURA «vallado y reflexión», imbricada con las antiguas raíces populares y que se extiende a otros géneros: prosa, teatro. De este modo, «no hay muerte posible para la poesía».

Había pensado en dar a mi breve discurso este título: ¿podrá sobrevivir la poesía en el universo de las comunicaciones de masa? Es lo que muchos se preguntan, pero si pensamos bien la respuesta no puede ser más que afirmativa. Si se entiende por poesía la que escriben los diletantes es claro que la producción mundial irá creciendo desmesuradamente. si en cambio nos limitamos a la que rehúsa con horror el término producción, la que surge casi por milagro y parece conservar toda una época y toda una situacion lingüística y cultural, entonces hay que decir que no hay muerte posible para la poesía.

Por último, señala Eugenio Montale que en la actualidad todo el arte está en crisis, pero ello se debe a la condición humana: creemos ser seres privilegiados que dominamos el destino. Sin embargo

Es como preguntarse si el hombre de mañana, de un mañana quizás lejanísimo, podrá resolver las trágicas contradicciones en las que se debate desde el primer día de la Creación (y si de un día tal, que puede ser una época interminable, pudiera hablarse todavía).

1960-Saint John Perse: la poesía, luz para el misterio del ser humano

Isla de Guadalupe (Antillas)

Luego de escribir el artículo anterior (en relación con Derek Walcott y su discurso) fui a buscar en mi repositorio las palabras que Perse utilizó en su agradecimiento por el Premio Nobel. Mi intención: «ver» por mí misma qué había argumentado en relación con la función de la literatura y entender a qué hacía referencia Walcott cuando señalaba que no se podía «renegar» de escritores como Perse o Cesaire.

(…) Atada a su propio destino y libre de toda ideología, se reconoce igual a la vida misma, que nada tiene que justificar de sí misma. Y con un mismo abrazo como con un sola y grande estrofa viviente, enlaza al presente todo el pasado y lo por venir (…)

Fuente | Crónica. Fabril Editora, 1961, pp. 11-21.

Bien. Es cierto lo que señala Walcott, seguramente, en relación con que tanto Perse como Césaire habrían olvidado su cultura de origen en pro de aquella en la que fueron educados. Sin embargo, en la disertación de Saint John Perse el eje de interés es otro y en consecuencia será este (y no aquel) el punto central de la presente entrada. Como se observa en la cita precedente, su interés por la POESÍA es el eje troncal que considera como esencia de su tarea y clave para comprender la LITERATURA.

De acuerdo con las palabras de Perse la poesía es más una forma de vida que un modo de conocimiento. En este sentido se ocupa de señalar que tanto el SABIO como el POETA abordan los mismos interrogantes, si bien sus métodos de investigación difieren.

(…) Que aquí, por lo menos, no sean ya considerados como hermanos enemigos. Pues ambos plantean idéntica interrogante al borde de un común abismo; y sólo los modos de investigación difieren (…)

También contempla que lo poético es tan legítimo como lo lógico. Aunque señala que el poeta es «parte irreductible del hombre», que la poesía aborda «lo real absoluto» y se distingue de la ciencia por su abordaje de una «superrealidad».

Alega además que la esencia de lo poético no es sólo estética. Señala que es libre de toda ideología, afirmación cuyo significado entreveo (dado que no he accedido al texto en el idioma original) no como ausencia de ideología sino como independiente o superadora de ella (de modo que lo poético procedente de diversos ámbitos tiene valor equivalente puesto que sobrevuelan la postura política)

(…) La oscuridad que se le reprocha no viene de su naturaleza propia, que es la de esclarecer, sino de la noche misma que explora, a la que está consagrada a explorar: la del alma misma y la de misterio que baña al ser humano. Su expresión se ha prohibido siempre la oscuridad y esa expresión no es menos exigente que la de la ciencia. Así, por su adhesión total a lo que existe, el poeta nos enlaza con la permanencia y la unidad del ser. Y su lección es de optimismo. (…)

Según su concepción de lo poético Perse señala la fuerza iluminadora de la poesía; ella no proviene de su valor pítico (de oráculo) a pesar de que ensamble pasado, presente y porvenir. Esta esencia procede de la íntima vinculación con el alma misma y el misterio del ser humano; es este aspecto aquel que le da a la poesía (en su concepción abarcadora de toda la literatura) la posibilidad de dar luz al hombre, a diferencia de la Historia que lo somete a la inercia

Las civilizaciones que maduran no mueren de los tormentos de un otoño; no hacen sino transformarse. Sólo la inercia es amenaza. Poeta es aquel que rompe, para nosotros, la costumbre.

Por último, le cabe al poeta una función que es la de develar la esencia del hombre, independientemente de su ocupación de «mala conciencia de su tiempo».

(…) Al poeta indiviso tócale atestiguar entre nosotros la doble vocación del hombre. Y esto es alzar ante el espíritu un espejo más sensible a sus posibilidades espirituales. Es evocar en el siglo mismo una condición humana más digna del hombre original. Es asociar, en fin, más ampliamente el alma colectiva con la circulación de la energía espiritual en el mundo…