Cuando se trabaja en el aula con la literatura referente a las temáticas de la vida y la muerte ocurren cosas. Y no es para menos: sobre todo, cuando se trata de la Parca casi todos están reticentes a hablar del vivir y el morir (como mencionan algunos españoles).
En vano es mostrarles que no todo artista inclina su balanza ante la lamentación de la muerte y de poca utilidad demuestran ser las canciones ampliamente difundidas, cantadas, de moda o de otra época, que continuamente invocan estos temas.
Pero, así como se ven las cuestiones, sin embargo vengo trayendo a este espacio algunas producciones de mis alumnos frente a diferentes consignas de escritura en relación con el tema. En este caso: «La vida es…» Los lectores asiduos del blog recordarán que la idea en este caso es la de una comparación de la vida con algunas de las imágenes tradicionales: camino, río, paso de las estaciones, etapas de un soneto… o con una propuesta nueva que en algunas ocasiones son: un viaje, una película, un libro…
En esta oportunidad les traigo de entre varios un ejemplo de lo que escribió una aslumna de cuarto año con orientación en Letras (Nadia):
Mi propia pintura
¿Es la vida como una pintura, una obra de arte?
¿Qué es el arte? ¿Qué es la vida?
Empieza en blanco mente y papel
Surge de sentimientos,
Surge de la realidad.
Trazos muy finos se extienden en ese blanco vacío,
con más confianza empieza el juego de los colores,
la danza de las luces,
la oscuridad en lo que no se pudo borrar.
¿La vida es esa oportunidad de completar esa hoja?
Una magnífica codicia para los poderosos,
poderosamente débiles en realidad.
Níveo papel para aquellos que ven sólo cuadros
sin comprensión en los museos.
¿Qué son?
¿Representan algo más que garabatos y colores?
¿Cuál es el sentido?
Para otros, recepción de emociones y sentimientos
¿Ese el el «porqué»?
Amor, felicidad, anhelo, dolor.
Libertad…
Sentirme humana me recuerda que estoy viva.
¿Sentir es vivir?
Y todo lo que transmito con esta pintura,
entonces da vida, mi vida.
Por eso no estoy muerta.
Aquel que logre entender eso en los cuadros del museo,
recibirá la más grande sensación de plenitud.